martes, 22 de julio de 2014

Infante



Y el poeta se cansa de mirar al futuro
Y el contexto te invita a recordar ese dolor del niño que dejo de ser niño,
Ese niño que no logro ser niño.
Todo huele a culpa y vulnerabilidad,
Sin embargo que cosa más equivoca,
Que cosa más triste,
Que cosa con mayor hilaridad
Ya es hora de hablar del pasado,
Ya es hora de recordar a ese infante intranquilo,
Imperecedero,
Más nunca pasivo
Huir del adulto cansado… pesado
¡Alcanzar al adulto osado!
El futuro no importa
La historia se ha acabado
Y ya nada se instala como impronta sustancial
Ya nada al cantautor le ha motivado
Simplemente se repiten canciones
Y de ellas se habla de antiguas revoluciones
Son canticos que recogen antiguas pasiones
Que se instalan lejos de los reales corazones
Ven, sígueme y lánzate al vacío en búsqueda del pasado
Con miras al futuro,
Ya nada se ha dicho
Nada ha sido sancionado
No le creas al rico
No le creas al burgués
No le creas al oportunista
No le creas al endeudado
No le creas al pobre
No le creas al mendigo
No le creas al muerto de hambre
No le creas al poeta
No le creas al ficticio orden
Créele a la historia
A tu historia, hecha memoria
Créele al azar
Créele a la lectura que los clásicos te entregan
Créele al imperecedero  mensaje de los dioses
Cágate en las instituciones,
Cágate en los ismos y en los istmos
Cágate en las iglesias
Pero sobre todo cágate en tu historia
Olvida lo antes dicho
Toma la palabra y escribe tu historia
Destrúyela y juega a lo nuevo cuando ya nada nuevo se pueda alcanzar.

Recuerdo a mi niño y a veces le extraño.
Me da mucho temor el pensar en esos días en que no pudo comer, esos días en que sus padres le enseñarían la valiosa lección de ceder su plato de comida. Esos días en que la necesidad no era ficción ni símbolo de lejanía…
Me da mucho temor verme de nuevo olvidado de la historia… de mi historia
Recuerdo los pisos de tierra y me rio de la verdadera libertad de andar de a pies… a pata pela
Recuerdo el arroz con jurel, recuerdo odiar los huesos en mi boca
Recuerdo la humillación de ir al colegio sin los útiles solicitados y recuerdo el rostro amable de mi madre intentándome hacer entender lo para un niño inentendible. Recuerdo la imposibilidad de descubrir la injusticia social.
Recuerdo lo juegos en torno a la olla común en la capilla del población. Recuerdo el esfuerzo por conseguir un paquete de fideos, de lo contrario ese día no nos podríamos sumar a la olla y los niños no comerían… Recuerdo haberle dicho a mis padres, después del primer palto, que tenía hambre y recuerdo haber comido del suyo…
Recuerdo las malas decisiones de mis padres, recuerdo la falta de cariño explícito y me siento terrible al recordar que ya había olvidado la forma en que ellos supieron amarme. Recuerdo a mi madre ir a buscar a mi padre al trabajo, para que éste no cayera en la actual tentación del trago y disminuyera el dinero destinado a salir del hoyo en que ya muy hondo estábamos, pero tiendo a olvidar las salidas hacia el trabajo de mi padre a las cuatro y media de la mañana, y olvido que él siempre regresaba hasta las diez u once de la noche, recuerdo que le extrañaba y le admiraba, recuerdo que su vida la entregaría por mi hasta hoy, pero sería incapaz de decirlo, de sentirlo… el nunca aprendió a disfrutar el placer de decir te quiero… a él nunca le he dicho te quiero, a él nunca le dijeron sus padres te quiero… Mi padre siempre ha sido el amigo piedra
Recuerdo tantos poemas,
Pero el niño se cansa de ser niño,
El niño pide a pataletas ser el adulto que hoy yo no soy,
Recuerdo las inconsistencias en los discursos de vida de mis padres,
Pero tiendo a recordarlas solo para aplacar las mías,
Hoy estoy cansado de ser lo que no quiero ser.
Estoy cansado de querer ser lo que puedo ser y no me atrevo a ser.
Váyanse todos al carajo y llévenme en su maletero como el incólume cadáver que ya nada juzgará.
Hay bellos sonidos que esperan ser oídos… estoy casi listo para huir de aquí… nuevamente

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