Y esa noche...
Sumido... no, no... Absorto en el misterio de tu mirada.
Embaucado en el placentero sonido de tu palpitar.
Completamente enamorado del aire que respira en tu boca.
Entregado al sueño de recorrer lo que de ti emana.
Dándome a la verdadera astucia de sorprender tus sentidos.
Exhorto de cantos medievales que nunca actualizaron ideales por no corromper
míticos pasajes de tu cuerpo.
Quiero ser modernidad volcada en tus entrañas.
Quiero ser el asqueroso deseo del fetichista que se anida en tu sexo.
Quiero ser sexo en tu entrepierna.
Quiero ser sudor en tus bellos...
Quiero poder lubricar tus diademas y así bañarme en tu gloria...
Quiero contarte un cuento que acabe mil y una veces en una sola noche, en
nuestra noche, en mi cama...
Soy el naufrago que se niega a salir de su cautiverio y tan solo desea beber
de tu sexo.
Soy el sueño del infante que busca a su madre en el reflejo de otras, pero
en su fantasía más intima solo desea romper el sexo que le dio la vida, solo
desea poder saborear el sexo de su nacimiento. El hedonista extremo que quiere
re encontrarse con su naturaleza en su propia naturaleza, y el rostro de la
perfección se refleja en tu rostro, en tu sonrisa, en tu cuerpo desnudo, en tu
cuerpo gimiendo una y otra vez, en tu voz pidiendo más de lo que puede recibir,
en tu cuerpo exorbitado en ansias, nublado y exasperado en pasión ya hecha
calentura.
Todo fue calculado para la trampa de mis templos. Esta noche profesas la
religión en mi altar. Lo importante no es la opulencia del templo, muy por el
contrario la importancia está en lo trascendente del ritual que espero
presentarte, lo trascendente es el tributo del cuerpo que hoy sin saberlo dejas
en el ahora nuestro templo. Esta noche caíste en mi trampa y solo demuestras
que no eres lo suficientemente ingenua para desconfiar, muy por el contario
eres atrevida para confiar, eres parte de la danza tribal destinada a iniciar
con tus jadeos...
A mi lado tu cuerpo pide lo que mi cuerpo guarda.
Siento el palpitar cadencioso de tu trasero por sobre la sinfonía de mi
sexo.
La música ha comenzado, eres la filarmónica de nuestro placer y ahora no hay
vuelta atrás.
Mis dedos te recorren y ya no sabes que hacer.
Noto la duda en ti.
Te veo buscando excusas.
Pero el latir de tu cuerpo te empuja al juego de la seducción...
Insistes en otorgarme el protagonismo del macho Alfa, como si la
contradicción te mostrara sincera...
Pero soy algo más que el títere de tus deseos y va contra ti nuevamente el
protagonismo.
Esta noche tú decidirás hasta donde llegar, más solo te tentare y sabrás
conocer tus limites...
Respeto cada parte de tu cuerpo. Recuerda respeto el tributo a los dioses de
nuestra pasión.
El la perfecta danza practicada en cientos de encarnaciones pasadas...
Son vidas preparándome para saber que decidirás...
Ya no me sorprendes...
Está no es nuestra noche, y es que la música es eterna. Se escriben letras
de pasión en cantos de eternidad.
Te dejare en libertad...
Me alejaré de ti y pondré mi espalda en tu pecho...
Te dejaré arrepentir por no morder la fruta prohibida...
No sin antes irrumpir en el deseo de tu sexo
Mis dedos se humedecen con tu sexo
Mis dedos, frenéticos, parecen llegar a su hogar en tu vagina
El movimiento, antes afuera, ahora adentro... antes adentro... ahora
afuera... velocidad, pasión, humedad, gimes, gimes en mi pecho, gimes en mi
cuello, gimes en mi boca... y me detengo
Nuevamente me alejo y cual faldero animal te expongo el arrepentimiento de
lo cometido... me alejo
Tu rostro transita entre la culpa, la pasión, el éxtasis, la calentura...
Irrumpo en tu cuerpo, mis dedos vuelven a transitar el interior de tu ropa
interior...
La humedad aun está ahí...
El calor ahora es mayor, mucho mayor...
Tu aprobación es incoherencia hecha carne, más carne imposible...
Mis dedos rodean tu clítoris...
Tu clítoris se funde con mis dedos...
Te siento como te permites degustar el placer de la primera historia que
llega a su final, siento como disfrutar el final de este primer cuento...
Mis dedos recorren por última vez, esta noche, tu sexo... como si quisieran
trazar el mapa de la ruta prontamente familiar...
Me deshago de la pasión vertida y aquí no ha pasado nada...
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