sábado, 9 de noviembre de 2013

DEEP WEB o el Mito de la Caverna de Platón



Si hay algo que no deja de sorprenderme es la contingencia. Y es que cada cierto periodo, cual instalación de ciclos, van emergiendo temáticas de real interés que acaparan la opinión pública, llamando la atención de los ciudadanos. Algunas temáticas de la contingencia apuntan a la ciudadanía consciente, como lo sería tal vez lo asociado a la construcción de realidad y cúpulas de poder, entre otras. Pero también la contingencia instala temáticas para captar a esa conciencia social altamente estupidizada y ya embriagada de lo banal, como lo sería la farándula, futbol y un largo etcétera.
Pero en ambos casos, sea en un nivel de mayor o menor conciencia, la contingencia nos lleva a esa trampa de llamar nuestra atención a un punto específico. Todo lo cual nos conmina a mirar solo un punto ínfimo de la realidad, haciéndonos olvidar el contexto. Planteándonos un foco que no necesariamente nos debe representar. En reconocimiento del control de los medios de comunicación masiva sería altamente interesante preguntarse si ese foco que la contingencia nos plantea es decidor de las reales temáticas que existen. O tal vez existe un control del ciudadano crítico, como también del ciudadano adormecido. La duda trasciende y en su lugar instala dispositivos de control altamente orientados, con anterioridad estratégicamente instalados…
Este es año de elecciones, y las discusiones de la TV, los papers, las news e Internet se ven colapsadas por opiniones y contra opiniones de izquierda, de derecha y los de centros. Incluso de quienes declaran transversalidad y suponen escapar de la escala horizontal…
Pero mi encuentro con la realdad por estos días no ha estado ligado a lo cotidiano. De hecho está orientado a la sátira de lo irreal, que así se interpreta como ficticio. Y es que lo real es reiterativo, y la interpretación es libre, así que ¿hasta qué punto la razón debe primar en la elección de lo realmente razonable? Esta pregunta parece irrazonable y fuera de control, ahora paso a explicarla…
El internet ha sido fundamental para el desarrollo de la modernidad en base a los códigos que hoy conocemos y nos son naturalmente propios. Sin la amplia conexión al tejido informático virtual, sin la posibilidad de conexión planetaria inmediata sería imposible definir la modernidad en base a lo que hoy conocemos. La materia fundante de nuestro proceso globalizador y emancipador ha sido la World Wide Web (WWW), por un lado la posibilidad de ampliar los niveles culturales desde la inmediatez de la información, por otro lado fortificar la independencia de centros empresariales que no están ligados necesariamente a un punto geográfico especifico, a una nación o legislación específica, sino que militan en múltiples puntos planetarios definiendo la supremacía de las transnacionales. Ahora bien todo lo anterior es más de lo mismo, es la crítica barata frente a la naturalización de hechos que por injustos ya son naturalmente aceptables. Nuestro país desde su última dictadura hasta el re encuentro con la libertad solo ha venido a fortificar la instalación de un modelo económico que se acopla, permite y fortalece un entretejido informático que determina gran parte de las decisiones económicas, sociales, culturales y otras.
Entonces existe el amplio universo digital que conocemos, es la inmensidad del Internet, la posibilidad de acceder desde nuestro escritorio de forma inmediata a lo que ocurre en el otro extremo de nuestro planeta ya sea vía streaming, por social network, feed´s o chat, o tantos otros digitalmente asequibles… Lo anterior también es más de lo mismo, ya no sorprende a los abuelos, y es parte del gen de nuevas generaciones. Lo realmente sorprendente es conocer que google.com  solo accede al 3% del universo informático… Dicho de una manera metafórica googlear nos permite acceder al 3% de la realidad, una realidad que ha sido seleccionada, en la cual se nos ofrece la ilusión de elegir. Entonces al buscar LIBERTAD sus “cerca de 53.600.000 resultados (en 0,33 segundos)” solo son la entrega de la previa selección del contenido ya revisado, ya codificado. Es la ilusión de la libertad. Pero estos 53 millones de resultados solo representan una revisión del 3% de información del universo disponible en la WWW.
Ahora bien, no satisfechos con la minúscula parte de resultados que se nos ofrecen podríamos dejar de lado google y utilizar yahoo, lo que nos otorgaría acceso al 1% del universo de información disponible. Sin embargo todo buscador, toda entrega de confianza a un motor de búsqueda nos pone en la susceptible posición de entregar a otros la decisión de a que acceder y a que no acceder. Entonces podríamos desechar los motores de búsqueda y lanzarnos a navegar en la web, lo que nos permitiría acceder al 4% de la información total. Así, literalmente, podríamos navegar por toda la Internet conocida y asequible con nuestras habituales búsquedas y solo significaría el recorrer todo el mar de la tierra, pero jamás mirar hacia abajo y mucho menos bucear.
¿Y qué hay de bucear?
He aquí cuando la cosa se pone entretenida y los parámetros de búsqueda se amplificar de manera importante… los resultados a obtener se multiplican y dejamos de lado el filtro que nos entregan los motores de búsqueda. Todo lo cual trae aparejado riesgos que herirán las susceptibilidades más amplias. Y es que a poco bucear nos encontramos con peces que no responder a códigos de la superficie. La moralidad de la Internet profunda ha dado rienda suelta a no responder a las leyes de la superficie y en su calidad de ubderground no se respetaría la protección de todo lo acordado.
En el sentido positivo es posible encontrar documentos prohibidos en la superficie, acceso subterraneo (o más bien submarino) a bancos de datos de universidades, libros y manuales cuestionados por quienes tienen y protegen el control de la superficie. Por otro lado, además, podremos visualizar un amplio espectro de información referida a temas prohibidos en la superficie como aliens´s, UFO, NASA, ghost´s y tantos más. También encontraremos verdaderos centros de información y capacitación, algo así como puntos de encuentro destinados a atentar contra las imposiciones, convenientes para los grupos de poder, impuestas en la superficie, falsamente instaladas desde un sentido democrático.
Ahora en el sentido moralmente cuestionable encontramos una especialización en todo a lo que Gore se refiere, una pornografía especializada en parafilias y otras, además de porno hardcore no aceptable en la superficie. Todo lo anterior responde al consentimiento de los participantes, a la satisfacción de placeres cuestionables y moralmente reprochables.
Por otro lado encontramos material derechamente amoral, transgresiones a los códigos éticos y morales de múltiples culturas. Acá hallamos pedofilia a montones, muertes a encargo, tráfico de sustancias dañinas, órganos y todo lo que retorcidas mentes ofrecen a cambio de una retribución económica. Es en este amplio espectro donde, bajo el anonimato y la ausencia de restricciones, es posible encontrar conductas que atentan contra cualquier descripción de desarrollo humano. En la emergencia, instalación y presencia real de un mercado que no distingue entre consumidores u ofertantes, pero que el denominador común es la presencia de un tercero denominado víctima. Esta dimensión de la Internet Profunda (Deep Web) se caracteriza por la presencia de policías encubiertas (F.B.I., C.I.A., INTERPOL, nuestra humilde P.D.I., etc.) en búsqueda de cualquier sospechoso (vendedor o consumidor), entonces cabe señalar que un observador de pedofilia es considerado consumidor, he allí el peligro de adentrarse sin saberlo en estos espacios virtuales. Por otro lado también existe la presencia de crackers, personajes con amplio dominio del uso de lenguajes virtuales que roban datos personales impresos en las computadoras de los incautos buceadores, claro está con fines reprochables. Además existe alta presencia de virus y otros códigos maliciosos destinados al daño de computadoras con fines reprochables.
Al llegar hasta este punto solo conoceremos, en el mayor de los éxitos el 20% de lo que en Internet existe. Si realmente logramos ser personajes destacados en el conocimiento informático y rebasamos las barreras existentes nuestro espectro informático se ampliara hasta un quinto de lo real, nunca más allá. El otro 80% es ficción, privado, irreal, fantasía o cualquier otro apelativos que lo sitúe “más allá” de lo alcanzable…

DEEP WEB o el Mito de la Caverna de Platón
Habiendo explicado someramente todo lo anterior es necesario extrapolar todos los símbolos al entendimiento del Mito de la Caverna de Platón. En nuestras pantallas, como en los muros de la caverna solo podemos ver en el mejor de los casos el 4% de la realidad virtual. Si desatáramos nuestras cadenas y ampliáramos nuestras estrategias de búsqueda podríamos acceder al 20% de la realidad, estando aun en la caverna pero a sabiendas que la humanidad sigue atrapada en la información que los otros deciden que ellos observen. Quién se disponga a dejar de ver solo el reflejo de las sombras está destinado a cegarse con múltiples trampas de lo amoral presente, está destinado a ser fielmente observado y vigilado, pues aún está en la caverna y de ser muy peligroso deberá ser encarcelado y acallado en su esfuerzo por libertad. En tanto que si realmente se liberase y accediera a lo desconocido, a lo que está fuera de la caverna, desaparecerá de nuestro mapa, de nuestro espectro. Entonces la realidad no estará en lo que googlear nos ofrece, la verdadera libertad estará en lo que ese 80% contiene, para luego evidenciar que nuestro 100% no lo es todo y solo pertenece a la ínfima parte de algo mayor, algo trascendente a lo cual la virtualidad en un camino hoy desconocido y sospechosamente vetado…
Hay más pero no es el momento ni el lugar para conversarlo…