viernes, 23 de noviembre de 2012

Sobre Excision...


Porqué seguiremos siendo de lo humano parte esencial. Porqué lo humano cada día pareciese pudrirse más de la cuenta. Porqué parecemos un producto en descuento que ya nadie desea consumir, un día hemos sido la novedad, pero resoluciones sanitarias han dado cuenta de lo nocivo de nuestros materiales esenciales, han dado cuenta de lo contaminador de nuestra construcción y han dado cuentas de lo bio-acumulable de nuestra compañía…

De vez en cuando hace bien putear al resto.
Hay veces en que sacar la rabia no es agresión, sino que es el trato justo que otrora humanos han merecido. Hay momentos en que la defensa es la salida, y solo hay defensa posible en encarar a quién te agrede…

Hay películas que jamás deberían ser vistas. Pareciera que ciertas mentes desbocadas buscan trascender mediante la construcción de fenómenos visuales que no se circunscriben a un espacio tiempo determinado. Construcciones que se instalan es espacios virtuales, es fantasías religiosas de infiernos, Valhala y otras tantas. Quiero pensar que estos seres no logran dimensionar el impacto de sus actos, no logran dar de cuentas que los efectos de su producción audiovisual se instalaran en contra del espacio tiempo. En un rinconcito entre la vulgaridad, el desprecio, la ausencia y la moralidad…
Básica y complejamente lo que me ha pasado al ver Excesion en una especie de trauma. Una remoción de ciertas certezas en torno a la forma de contar una historia. De que existe una trama lineal, existe. Pero la lectura que pude darle estuvo constantemente difuminada por elementos distractores que solo evocaban oscuridad.
Una historia que sorprende por la crudeza de ser posible. Por el conocer que la familia si puede ejercer ausencia en torno a la presencia. Por la valorización inmunda a lo complejo de la formación del ser, por querer reír agresivamente de los valores instalados de manera antonomástica…

Nuestra protagonista no solo se daña, daña y nos daña.

Estuve buscando algo para olvidar, una historia de terror para digerir el miedo, pero en su lugar encuentro Excision… algo así como una historia jamás contada, un cuento surgido desde lo profundo del bosque, el cual está prohibido transmitir a las futuras generaciones, pero que la prohibición hace tentación.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Sobre la auto modernidad...


Existe una intrigante relación entre tragedia y arte.
Es cual si la tragedia inspirase un arte un tanto descriptiva. Morbosa y descriptiva.
Es como si la verdad fuese que existen las muzas malévolas, solo intencionadas en mirar el dolor de los otros, y así la tragedia les satisface cierta emoción que no pueden alcanzar en sus especies de paraísos sobre-terrenales.
Existe una intrigante relación entre tragedia y arte. Y la vida moderna es la mayor y la peor de las tragedias.

El morbo colectivo se deja caer…
Ya lo dijeron de manera muy acertada, y rítmica, los Chancho en Piedra. Ya se instalo esa crítica a la necesidad de mirar la tragedia a los ojos, y en algún tipo de recordatorio seudo masoquista saber que el otro está sufriendo más que uno. Es como si esa des-humanidad nos devolviese la humanidad.
Hoy se ha lanzado el comienzo de las campañas presidenciales de la alianza por el cambio, coalición de turno en la hegemonía política. Uno de los dos contendientes es de apellido Golbourne. Justamente uno de esos apellidos que no han llegado a las poblaciones, apellidos que no bañan al indio huacho o al mestizo errado de la historia nacional. Pero en fin, no es sorpresivo que este personaje trascienda desde la gerencia privada a la escena pública, con cierto grado de éxito. Logrando instalarse como referente social a partir de la tragedia minera del 2011…

Los 33…
La historia reciente de tragedias nacionales ha estado marcada por múltiples eventos. Ya no es novedad el como la tragedia aumenta la estupidez nacional, y abre los corazones solidarios por esencia de la chilenidad de base… 33 minero atrapados 700 metros bajo tierra por algo más de dos meses. Luego en un hecho improbable una capsula logra dar con el refugio exacto. Y así lo que se escribía en anaqueles de tragedias ocultas y desamparadas, mediante ingeniería geográfica, pasa a titular mundial. Y no exagero al recalcar lo de titular mundial, cual santo quisiera adjudicarse dicho milagro. Pero el santo que primero levanta la voz es la ciencia, y es la ciencia la que se ensalza dicho logro, y es Chile… nuestro Chile lindo es que toma protagonismo mundial. Esta vez no es con dictadores, no es con crímenes de lesa humanidad, no es con tenistas amurrados, no es con futbolistas capaces, no es con un presidente que equívoca de manera bufonesca (Sebi… tu de nuevo… me haces tanto reír pequeño millonario querubín…).
Pero la historia no acaba ahí. Desde ese día el Ministro de Minería, en una acción sin precedentes se transforma en el rostro del éxito. Es el reflejo de la chilenidad exitosa, la desde ese día llamada chilean way. Porque en un contexto de vaivenes económicos, que se avecinaría, este chile puede salir airoso, por que los millones de dólares movilizados para rescatar a 33 mineros atrapados por la negligencia de una empresa privada pueden ser olvidados. El costo de su tragedia es recordarnos que nosotros los chilenos podemos reunirnos en un abrazo sincero frente a la televisión, nos podemos emocionar por el milagro del santo de moda. Podemos compartir el acierto de ese ministro carismático. Chile puede, Chile se la puede. Chile no es wueon.
Ese ministro iniciaría su campaña ese día, para luego pasar al pomposo ministerio de obras publicas. Su cercanía con la gente se acrecentaría. No es de extrañar que dicha formula ya haya rendido éxito con Lagos en el gobierno de Frei. No es de extraño parecer que la forma diferente de hacer las cosas sea la misma que ocupo con tanto acierto la concertación en sus años mozos. En esos años que consolidaban la tarea de ese general, dictador y asesino sin escrúpulos. No es de extrañar que el NO, con el paso de los años, tenga aun mas tintes de SI.
Así el otrora ministro, hoy, en transmisión nacional, dios mediante cobertura periodística amarillista y polarizada, hoy es recordado como el salvador de los 33, como el pilar fundamental en el milagro de la ciencia. Es transformado en el recordatoria que aún podemos hacer patria 700 metros bajo tierra. No todos los territorios están gobernados, y la vanguardia es y debe ser chilensis…
Los derechos de los trabajadores, los deberes de la empresa, la deuda del Estado son para debates políticos. No nos pongamos fomes… estamos iniciando una campaña dirían.

La modernidad es la peor de las tragedias…
Pertenezco a la clase trabajadora. A esa clase baja que le vendieron la pescada del ascenso social vía carrera universitaria. Esa clase de sujetos que intentaron adormecer 12 años con una educación de cloacas, hija de una dictadura asesina. Y luego intentaron entrar en un coma inducido por otros cinco años de universidad. Pero algo adentro es superior. El descontento de siglos de abusos ha sido mayor, la desconcertación de la especie permite a un mínimo de miembros del grupo no conformarse con el entorno. Antes cazadores y colonizadores, hoy resistencia y descontento popular. La coca cola ya no nos gusta. La modernidad es un triste popurrí de fracasos de control.


Camino de casa al trabajo, mediante una hora de recorrido entre ciudades, se suscita un accidente en la carretera rural. Dos muertos es el resultado, la tragedia enluta a una familia reconocida del sector local. Las radios y los medios de comunicación locales se agolpan por el protagonismo de la información. Un ambiente de pesar se apodera del lugar. El colectivero sufre, la contadora sufre, las personas sufren.

Dada mi profesión mi jornada no responde, necesariamente, a las siete horas y media. Mi jornada hoy es de cerca de tres horas, y ya finalizando debo volver por esa misma ruta que hoy llevo a dos. Claro que sé que es su momento, y si debe ser mi momento es un agrado poder estar trabajando, entregando todo lo que uno tiene en y a los otros. Básicamente moriría feliz.
El bus desciende su velocidad, hasta quedarse inmóvil. Evidentemente delante de nosotros la ruta se ha limitado a paso en una vía. Turnando la fuerza pública el control del orden. Así solo debemos esperar. Este análisis de ciclos de paso parece ser entendido por todos los presentes en el bus, nadie opone resistencia. Un sentimiento característico empieza a ebullir. Las personas sin control comienzan a agolparse en las ventanas que parecieran aventurar esa postal de tragedia, todos quieren tener un recuerdo gráfico de la muerte del otro. Como si esa muerte fuese la aniquilación de la muerte, la eliminación de lo mal ocurrido, la expiación de mis pecados. El ventanal suda, los pies ya están picando y las personas impacientando.
Finalmente pasamos a un lado de la tragedia. Finalmente el bus, de manera lenta, pasa por el costado donde dos hoy han muerto. El silencio culpable ocupa unas milésimas de segundo, mientras los demás minutos son ocupados por la excitación. Orgasmos de culpa, dolor y fascinación son eyaculados por los ojos testigos de los chilenos y chilenas transeúntes de la carretera facinerosa y mortífera.
La modernidad es una tragedia. Los dos muertos viajaban en un Chevrolet spark. City car de alta autonomía y bajísima protección. La modernidad dispara palabras en spanglish, que serán entendidas con versatilidad. Los muertos ya no hablan ni ingles, ni español. Los muertos ahora fueron callados por un auto asequible a su clase económica, y su clase económica no puede pagar medidas de seguridad mínimas…

El viaje continua y ahora las persona duermen o juegan en sus celulares.

domingo, 4 de noviembre de 2012

La libertad y la justicia


La libertad y la justicia

La libertad y la justicia decidieron ir a carretear.
Decidieron, en un acto de reivindicación social, visitar los locales de la periferia urbana,
Esos en que el populacho ve transitar sus horas de descanso entre jornada y jornada,
Esos en los que los supuestos son la precaución y el autocuidado,
La premura y el celo,
La duda y el abrazo fraterno…

La libertad y la justicia comienzan a beber,
Es un día especial por lo cual el trago debe ser especial,
El consumo es excesivo,
Las horas pasan, las horas se suman y la razón se pierde cada vez más…

En un acto de justicia social (prima inquieta y subversiva de nuestra protagonista) el dependiente, en vista que la justicia y la libertad tienen su hogar en esas poblaciones más acomodadas, decide inflar “levemente” los costos del consumo…
La justicia y la libertad están ebrias. La justicia ya no sabe de costos y mucho menos del debido proceso. La libertad ahora cree ser omnipresente…
La noche transcurre. La luna ya ha llegado a su cenit. La luna ya ha dejado su cenit. La luna ha dado paso al canto de gallos cobardes. De gallos que deben salir a trabajar, de lo contrario el patrón se resentirá y los plasmas no volverán a alumbrar… se acumularían así las preguntas sin respuestas sobre los realities, sobre matinales y sobre la novela de moda… no conocerían los índices de criminalidad, ni de pobreza, ni todos esos datos que no darán de comer, pero que harán pensar más cerca la brecha entre patrón y peón.

El dependiente se acerca a cobrar la deuda pactada y nuestras dos protagonistas quedan pasmadas.
¿Qué es está ofensa que me entregas sin caricias? – Pregunta la justicia-
¡Ha sido una noche fenomenal, pero termina con tanta crueldad! –Exclama la libertad-
Estos son los valores exigidos… ustedes deben de estarlo consciente… -aclara el dependiente-

En un gran lío han quedado nuestras protagonistas, y esta vez nada han tenido que ver los huelguistas… ni los mapuches, ni los desplazados, ni los encapuchados, ni los estudiantes, ni los sin casa, ni los pobres, ni tantos otros chivos de expiar que nombrarlos solo me haría cansar.
¿Qué podremos hacer? –Se preguntaban sin hallar respuesta-
Nuestro dinero no alcanza para nada, y nuestras tarjetas acá son letra muerta, debemos huir o disponernos a su parecer… -concluyo la justicia-
A no, la libertad jamás se ha escondido para nadie, ese nunca será mi camino. Yo, si es necesario, podré enfrentar el peor de los destinos… -concluyó la libertad-

Así que tenemos dos bellas muzas que no pueden dar pago a sus compromisos –aseveró el dependiente-
Creo que habrá que buscar una forma de saldar nuestras cuentas de manera interesante, y esto lo aseguro de manera tajante.

Desde ese día la libertad y la justicia duermen en una cama piojenta, sucia y maltraída.

Desde ese día la libertad y la justicia se prostituyen por un par de monedas, buscando pagar una deuda que cada día crece en intereses, que cada día fermenta con el odio de quienes aún las buscamos mirando la decencia de otros días hoy soñados.