lunes, 2 de marzo de 2015

Tengo tuto...



Tengo tanto sueño… pero debo de aclarar que no es solo esa somnolencia producto de haber dormido el tiempo innecesario para que descanse el cuerpo, sino más bien tengo tanto sueño en el alma…
Puedo a viva voz declararme como un hombre feliz, un hombre realizado en torno a las convicciones más profundas y las certezas más cercanas al atrevimiento de vislumbrar alguna especie de verdad. Sin embargo hoy por hoy tengo tanto sueño…
La pasada semana ha sido en constante una exposición a emociones brutales. Ese adolescente ejercicio de exponerse solo por la satisfacción de ampliar la biblioteca emocional, soy el letargo de Jack, soy la anomía de Jack, soy la vulgarización de los sueños y de los esfuerzos de Jack, más sigo sin ser Jack.
Hay un ser que vive en mi interior, una especie de duende que salió de mi armario y se radicó en mis interiores. Sus costumbres no destacan por ser pulcras, más sus intenciones no parecer ser dañinas. Es algo así como una incompatibilidad profunda, un dilema al cual no estamos dispuestos enfrentar. Heme aquí musitando palabras a la nada, con la férrea esperanza que generaciones posteriores encuentren mis escritos y logren leer la esperanza y la desesperanza que ahí se anida. Un dilema de incompatibilidad cual si un duende hubiera transitado del secreto del armario a la disposición y completo control del cuerpo visitado.
En las mañanas me he levantado con un sol negro… en las tardes me he dormido con un atardecer negro…
Anoche no dormí, pero tampoco estuve despierto. Todo ello regala cierto grado de familiaridad. Creo que los mundos oscuros se han ido apoderando a paso firme en un caminar lento pero constante. No soy la retaguardia del destronar, como tampoco soy trono de pecados. Las metáforas me cansan, sin embargo no hay otras posibilidades para comunicar lo que realmente creo ocurre… soy el malestar doliente de calmas y estallidos…

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