miércoles, 14 de abril de 2010

Sobre... creo que estoy muerto...




Cielos...

creo que estoy muerto...

Esta lectura que tu das es solo la rememoración idílica de lo que fui, o tal vez de lo que un día quise ser.
no me prestes atención, recuerda que estoy muerto.

A veces los muertos necesitamos de esta comunicación que no es tal.

A veces los muertos nos sentimos invadidos por olores putrefactos que invaden nuestros seres, desde adentro, desde afuera, desde los lados, desde los altos y desde los bajos. Pero esos olores no se van y no existen los a veces.

los muertos nos acostumbramos a la muerte, así que nos damos cuenta que en realidad nada pasa a ser importante, que incluso ese nada es relativo, y que incluso los muertos no respetamos las mayúsculas.

A veces los muertos nos sentimos vivos y nos apenamos al darnos cuenta... al caer en la realidad de no estar vivo, de no poder, bueno no necesitar, respirar y verificar el ritmico latido de un trozo de carne, o la vivencia d e una emoción que de sentido a la vida.

A los muertos no nos ven, no nos reconocen pues nosotros no tenemos la necesidad de ser importantes en el mínimo de los sentidos. Somos el asquito del mundo y no somos nada a la vez. De hecho muchas veces sabemos que no somos siquiera del mundo, pero eso... eso nos da lo mismo.

berengenas y zanahorias son lo que teclados y magnetoscopios de calidad vislumbradora para quienes jamas han sabido de deportes acuáticos...
No nos importan ni los principios de los finales y mucho menos los finales de los intermedios, ¿para que te podría hablar del intermedio de una pausa?

los muertos si nos cansamos y en base a ello no hacemos nada para vivir, la ironía de la vida nos desgasto, y la muerte no nos deja descansar.


Dejanos en paz y no hagas como que me escuchas

no prestes atención, recuerda que estoy muerto.

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