sábado, 22 de agosto de 2009

Sobre él, el gran él...

Pasa que este hombre, este tipo o dizque señor comenzó a tener extrañas actitudes. Eran fenómenos despreciables para lo que él, hasta ese punto, entendía por consciencia. Sentia en sus intriores, en sus entrañas, en sus pelos, en sus genitales, en sus pelos, en sus almas y en sus "todos" que algo se manifestaba y lo corrompía, pero a ello no podía determinar si esto le extrañaba, le desagradaba o tal vez si solo era parte de su mente fantasiosa que hace algunos años le amenazaba con darle un tiro por la espalda.
Recuerdo que una noche , este señor, salio a caminar, tan solo a mirar como estaba el cielo, los pajaritos, los criminales. Para cuando se dio cuenta estaba en pijama parado en una avenida cercana de donde vivia. Lo que más le asusto , en ese minuto, fue el hecho que eso no le parecía extraño, hasta premeditado lo pensó, pero jamas alguna paso por su mente con anterioridad una acción de aquella naturaleza. Se vio en las puertas del cementerio cercano al, hasta entonces, su hogar. Sintió que los muertos quería invitarlo a quedarse, quería entrar hacia ellos, solo el metal del pórtico mortuorio le impidió cumplir dicha hazaña.
Otra mañana este hombre buscaba algo con extraña simpatía. Era algo que simplemente le faltaba, era algo que no sabia como describirlo pues no lo conocía. Era algo oscuro, humedo, triste... suyo. Ésto le pertenecía como jamas lo supo, pero no sabia que demonios erao que demonio era...
"Ya no soy el mismo de antes" se repetía con lastimoso pesar, le hacían falta los ojos de sus amigos, pero esos ojos que habitaban en ellos antes que la "locura" (que él hoy creia reconocer) los distanciase hasta hacerlos invisibles, si es que existieron. "Ya no soy el mismo de antes" se repetía con lastimoso pesar, pero el eco de sus voces solo llenaba el vacio que ya nunca lo dejo más. "Ya no soy el mismo de antes" se repetía con lastimoso pesar, y el espejo lo torturaba con brutal esfuerzo y no lo dejaba dar paso atras...
Veinte años paso así, fueron tiempos de atrevimiento y de bordear la impugnable muerte de lo que algún día conoció por normalidad. Pero hoy él no se arrepiente, ya no es el mismo de antes y no lo negará. Hoy es una estrella de lo que otros premian con extraña simpatia, pues quieren ser como él, pero a una distancia en la cual no se sientan dañados por lo que no pueden, ni quieren comprender.

Hoy él esta solo y extraña soñar con ellos, tener abrazos sinceros que no juzguen sus acciones a-n-o-r-m-a-l-e-s...
Hoy él es él y se pregunta ¿por cuanto más?...

Hoy quiere abrazar la normalidad y tener lo que evadio con su vida y jamas pensó desear...

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