Soy
Soy el desasosiego de quién todo lo cuestiona…
Soy la voz y la palabra de todo aquel que desecha
convenciones comunicacionales básicas y relegadas a la cotidianeidad…
Soy la necesidad de poder definir el qué, el cómo y el cuándo…
Soy el hito invisible al ojo humano, y a la vez prioritario
para el real entendimiento del sentido…
Soy la negación a lo indefinido…
Soy a su vez la negación de mi ser, de mí…
Soy el arrullo maloliente de la madre, pobre y desesperada.
Pobre y desesperadamente hecha madre de manera prematura por no habérsele permitido
conocer la negación. La negación al placer, la negación al control, la negación
de la propia negación en tributo a dioses puros. Tan puros como lo fue ella.
Tan pura fue ella que hoy es su redentora homónima… la perra mal parida que
todos se cogerían por lastima, la suma indeterminada de placer ofrecido en
baratijas de asco y curiosidad.
¿Por qué esa absurda necesidad de definición?
¿Por qué mi vida debe estar supeditada a poder describirme?
¿Acaso nos hemos convertido en ese inseguro ser que habita
el espejo?
¿Acaso la auto definición acalla el comentario del otro?
¿Acaso la auto definición orienta al otro a vernos como
queremos ser vistos?
¿Acaso tanto desconfiamos de nosotros mismo que necesitamos
nos conozcan solo lo que deseamos mostrar?
¿Acaso si nos mostráramos seriamos desechables y desechados?
¿Acaso no creemos que podemos lograr siquiera el simple acto
de entregarlo todo?
¿Soy lo que soy o lo que quieren quiera querer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario