Dejame
Como yo lo veo la cosa está muy simple.
A la luz de os eventos he podido decretar que la vida nos ha
reunido… hoy te paras a mi lado y veo fiereza irresistible en tus ojos. He seguido
tus actos y son consecuencia de tus pensamientos y ello es tan sólo el regalo
de los dioses. La genialidad hecha carne y vestida de belleza.
Los dioses son sabios y nos han puesto uno al lado del otro,
cada cual cargando sus temores, sus desafíos y sus incompetencias.
Pero los dioses se divierten siendo piadosos. No solo nos
han puesto uno al lado del otro, sino que jugando al ejercicio del poder nos
permiten elegir… ello es poco cierto, pues el aprendizaje no está en la
repetición de aciertos, muy por el contrario… el aprendizaje parece estar en el
error. Es por ello que desde hace algún tiempo a la fecha he empezado a elegir
deliberadamente el error. Soy el soldado de batallas perdidas con anterioridad.
Soy la blasfemia de quién ensordecido, por el fulgor de la batalla, se ha
engañado y cree poder tener siquiera esperanza de volver a su hogar, a su familia,
a sus tierras con el triunfo y la libertad.
Sin embargo los dioses juegan a la piedad, los dioses juegan
a dar esperanza. Los dioses se ríen de las hormigas pobladoras de humanidad que
se creen águilas…
Soy la ausencia del futuro, la prepotencia del presente que obnubila
el desarrollo que no va a dar a ninguna parte.
Mírame, estúdiame, sancióname y oponte a todo aquello que
venga de mi. Soy el latido de la bala perdida que se va a depositar al cráneo d
todos quienes me rodean. Quiero volver a tocar fondo, hay cosas que no alcancé
a observar, cosas de las cuales aun no puedo hablar.
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