domingo, 14 de septiembre de 2014

Más allá del bien o el mal

Y es que ya nada vale la pena...
¿Y es qué ya nada vale la pena?


Me despierto un domingo ya transcurridos varios meses desde que me lo quitaste y solo puedo pensar en que ya no estás...
La tristeza es el animal que muere solitario entre lecturas de clásicos y novelas mórbidas, oscuras y recalcitrantes...

Ya no hay futuro y la historia se ha acabado.
Somos libres de querer escribir el futuro que deseamos y somos libres a su vez de aniquilar al otro más allá de los límites conocidos.
Estoy tan cansado de soñar con vuestro rostro que empiezo a desear la muerte imaginaria de todo lo que es real.

Estoy tan cansado que te presentes más allá de lo que el ser puede comprender.
Mírame a los ojos y ya no me hables con tu voz entrecortada.
Mírame a los ojo y permíteme descubrir el anhelo hecho carne viva.
Permíteme ir más allá, más allá, más allá, más allá, más, allá, allá...

No hay miramientos más profundos que tu mirada despectiva en mi cuerpo indeleble...
Quizás no logre ofrecerte lo que querías...
Quizás deseabas más de lo que merecías y finalmente, fríamente, tu ambición se presentó cual rastrero animal y se llevo el amor que nunca jamás existió.
Soy el temple del hombre que ya no besa a su amada...
Soy el valor del hombre que se dio a cuentas que ya nunca más podría amar, que más nunca jamás amó pues la fantasía se la llevó el viento, y el viento nunca vuelve, el viento nunca existe, el viento solo es la brisa del suspiro de los dioses divirtiéndose con el sufrir del humano, es el suspiro maléfico que solo duele creando esta, pero hiere cuando ya no está... y tú hace mucho y no estás...



Ciertamente los conectores neuronales, y la aplicación de proteínas hace ya bastante dejó de funcionar de la manera deseada. Pero de alguna extraña forma la re acomodación de los órganos otorga cierto funcionamiento orientado a un fin específico... sufrimiento obteniendo sufrimiento.

Hay que escribir oscuro y recitar pausado.
Hay que mirar a los ojos y nunca recordar nombres.
Hay que entregar el dolor que se tiene al mundo y esperar la sonrisa que refleja que nunca has estado solo, porque nunca has existido, porque nunca existió ella y nunca jamás existirá él, yo no soy él y él no es yo.
Hay que permitir que solo escuchen mi voz, y olviden mi recuerdo.
El mensaje no es importante, la voz no es importante, lo escrito es basura. Pero la emoción que trasciende en tu interior es la verdad.

Ya todos hemos sufrido por amor, ya lo decía el joven de cinco años que no pudo obtener favores sexuales de su madre, pero logrando superar su angustia ya no es niño... ahora está más cerca de ser humano y adulto...

La decepción es la trampa a la cual no podemos escapar.
Y es que no controlamos nuestras expectativas,
Entonces ¿cómo controlaríamos los actos de quién amamos, de quién quisimos libres?
¿Habrá amor en el error?








Me levanto y la última imagen de mi sueño es un asno que lee en secreto, escondido entre las rocas del camino. Mi obsesión por saber qué es lo que en mi ocurre me lleva a preguntarme por qué demonios me visita tan particular especie con tal anodina particularidad...
Creo que ya debo dejar de fantasear con el pasado y permitirme avanzar...
Pero también sé que eso es imposible, poemas sin prosa llegaran traumando la realidad por no sé cuantos domingos más...
Quiero hablarte, pero sé que ello sería un gran error...
Espero me leas y el mensaje cubra de vidrios tus ojos... y así leas lo que entre líneas es imposible descifrar...


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