sobre los miedios...

Es día lunes por la mañana, son ya casi las ocho y pico.

No deja de ser interesante, para mí por lo menos, el como el día avanza y nos vamos quedando con menos tiempo. Pero bueno, son solo parte de las miradas en las que quiero fundamentar este prometedor día. Ya he hecho mis oraciones al sol (en realidad solo quiero, humildemente, agradecer todo lo que recibo por estos días-tantas veces la palabra día ¿deberé asustarme?).

Uno de los temores que me movilizaba, o que me congelaba, desde hace mucho, ha sido el miedo a tenerlo todo. Son las ocho y pico ya y me siento muy bien. Ya escuche los temas que quería oír, ya fume un cigarro cuando lo deseaba, ya me entregue con furor y cariño desmedido, ya voy hacia las clases, ya estoy bien. Pues antes éste miedo me congelaba, m impedía enfrentarlo y absorberlo. Solía pensar que por cada cosa buna que se me entregaba venia aparejada algo malo, esa era la cuestión que limitaba mis movimientos. Puedo decir que ahora no se si lo pienso igual, pero estoy seguro que puedo enfrentarlo. Hoy vale la pena enfrentar esas cosas que puedan pasar solo por caprichos del destino, o por mis deudas de vida pasadas.

Es interesante sentirse bien. Es adictivo sentir la plenitud. Es complicado y te hace responsabilizarte para buscar los métodos de no poder perder esta dicha. Hoy no quiero dar consejos, solo recomendar buscar eso que se encuentra al estar bien, muy bien.