domingo, 7 de octubre de 2007

Sobre la justicia…


El destino sin duda es la cosa más interesante que podemos conocer en esta vida, si consideramos que la vida misma es un sinsentido, se hace extremadamente mas interesante ésta palabra.

Cada día me alimento mas de las percepciones que tienen los seres que me rodean en relación a muchos temas, claro que estupidez digo –no podría ser de otra forma- bueno en fin.

Últimamente, al toparme con gente que estimo, y que considero merece acceder al relato de los hechos que me han acontecido, específicamente a mi encuentro con los Pacos. Me ha sorprendido la actitud en general al contarles. Las respuestas, o mas bien reacciones de lo demás, se basan tan solo en dos tipos y la verdad no se cual es más triste.

Por una parte existe un sector que simplemente asiente a mi relato, es quizás la respuesta más estúpida. Pues asienten tal cual hubiesen sido testigos presenciales, y solo por confirmación o desinterés esperan que el relato se termine lo más pronto posible. Creo esto se debe a la desconfianza que en ellos puedo generar y derechamente a que no creen en mi versión de los hechos. Cosa muy triste por lo demás, pues reitero que solo lee he contado a las personas que estimo.

Por otro lado, y aun mas triste, es la respuesta que medan quienes no asienten esperando a que termine pronto, generalmente con quienes se ha logrado producir algún debate en relación al “PODER” de la justicia y al como éste recae en personas no capacitadas para ello, personas por lo tanto mediocres. Bueno, ellos me estimulan en mi rechazo a la fuerza pública y me dicen que hechos tan arbitrarios son parte de la cotidianeidad, situaciones similares se les han presentado a muchos de mis conocidos (y suelo no juntarme con personas consideradas como criminales). La respuesta de ellos en resumen es –así es la vida, así es la cosa-. Ellos, a pesar de haber vivido situaciones similares, me refuerzan el maldito consejo del defensor público “acá no importa si eres culpable o inocente, el camino más corto es la salida alternativa, ósea el acuerdo reparatorio”. Claro con dicho acuerdo (que es la opción que todos tomaremos), nos ahorramos ir a un juicio con sus posteriores viajes y diferentes situaciones poco gratas, pero el precio que debemos pagar es el no probar nuestra inocencia (bueno tengo pendiente el posteo de mis impresiones con dichoso defensor público).

Aun sabiendo, o por lo menos predicando e intentando practicar el no idealizar las respuestas de los demás en relación a lo que espero de ellos, lo que esperaría y será la respuesta que daré necesariamente a quién tome de mi a posterior un consejo es ir hasta el fondo de la situación. Es ir al juicio y jugarlo todo para recuperar lo que la fuerza pública de forma arbitraria ha robado, para recuperar nuestra dignidad, lo que nos pertenece. Todos los factores se confabulan a nuestro favor, con excepción del apoyo de las personas.

Con esto no quiero ir en contra de las personas, unos más sinceros que otros, que me han dado su opinión, y de quienes a su manera nos han dado su apoyo.

Planteo la pregunta si estos arrestos improvisados y (repito) arbitrarios ¿serán parte del control social? Todos quienes han pasado por situaciones similares no quieren tener nada que ver con la dicha ley, a pesar de confiar plenamente en mi inocencia, en nuestra inocencia. Y sinceramente… yo tampoco quiero mucho por estos momentos con dicha ley.

Suerte a quienes la estudian, necesitan vender su corazón(quizás después me arrepienta de esta última frase, por ahora pienso que será muy después).

1 comentario:

Sr. Ocioso dijo...

Desafortunadamente te pasó, afortunadamente te pasó. Cuando tienes conocimientos -aunque sean básicos- de tus derechos. Trata de sobreponerte del mal rato, como sea, pero sin olvidarte de él. Por que es, la única forma en que el día en que puedas hacer cambiar las cosas, lo hagas.-