domingo, 7 de noviembre de 2010

Sobre hoy...

Y es que uno no suele temerle a uno mismo.

Y es que ¿cuál sería el daño que puedes acometer en contra de ti mismo?

Y es que ¿hasta dónde es posible autoflagelar lo que proteges del daño de otros externos?

Y es que constantemente las preguntas surgen por sobre las certezas, por sobre esas esquivas certezas.

Hay verdades que son inamovibles, y hay cuestionamientos que son incontenibles. Dado lo anterior ¿Dónde cresta debo pararme?

Es gracioso como palabras inconscientes egresan diálogos profundos, inquietos y propios.

Basta con cerrar los ojos para escapar del mundo. Basta con escapar del mundo para encontrarse y enfrentarse y mirarse y huirse. Basta con abrir los ojos y dejarse y evadirse y no enfrentarse y olvidarse y…

Basta con dejar de escribir para acostumbrarse y dejarse llevar por las ideas de otros por ideologías de otros por Cariños y Odios de otros.

Basta con escuchar con atención y todo deja de tener sentido, pues nada, nada, nada, nada, nada, nada, nada está cerca de lo que el ser intrépido pero ingenuo, imbécil pero impensado puede lograr.

Hay momentos en los que puedes estar más cerca, pero el momento se acaba, pero ¿el momento se acaba?

Hay que sonreír más y… sonreír.

No hay comentarios: