miércoles, 11 de marzo de 2009

Sobre las emociones del verano no?...





Veme
acá de vuelta. Ya tantas veces se han escrito las fatigadas palabras que la expresión del cansancio dejo hace millas de ser creíble en el rostro del caminante. Pero tranquilidad que la melancolía que hiere no es intención en las palabras que esbozan gajos de limón del alma de quién escribe creyendo escribir.
Hoy comienza un ciclo como tantos otros, como muchos otros y a la vez irrepetible por su propia particularidad. Ya mucha ocasiones han sido demarcadas por el inicio del año académico, pero como ustedes bien lo sabrán este se diferencia de los otros iguales por qué es único... es éste, este año, este semestre y "este" con sus malditas comillas de autenticidad. Único, mio, particular y peculiar. Los graznidos de mi alma (o por lo menos desde mi interior) me obligan a compartir las emociones creadas y procreadas en el sexual acto de novedad-repetición. Pero antes, y dada mi separación me gustaría plasmar ciertas sutilezas del verano 08-09...

Sully...
Debe haber sido 16 de enero y pegado en la televisión, de salida del baño me he quedado perplejo y atónito frente a la emoción producida por la TV. La TV es mala, es deformante de generaciones y entretención de millones, es objeto de culto, placer y odio, pero al final de cuentas es TV. Canal 13 presentaba en sus notas internacionales la nota positiva que dio la vuelta al mundo, trataba sobre un piloto que con su pericia y luego de verse envuelto en una maza de pajaros que destruyeron las turbinas de su avión de ve obligado a aterrizar de emergencia, pero en ese instante sobrevolaba Nueva York (entenderán lo complicado que será buscar un espacio adecuado para la maniobra de emergencia entre tanta "urbanización y desarrollo"), decidiendo efectuar la maniobra de emergencia sobre el río Hudson. Derechamente la noticia en si es una mierda, aunque debo admitir que al igual que los fans de facebook y otras porquerías solo me queda alabar la maniobra del piloto que salvo 154 vidas gracias a su destreza. En fin lo que me remata lujo de la emocionante nota es la actitud que toma el piloto (en realidad heroica. Descrita, claro, por quien emitía la nota periodística), quién luego de que el avión quedase flotando en el mencionado río espera que sean rescatados todos los pasajeros y luego de una segunda revisión del aparato y sus tripulantes, habiendo confirmado la nula presencia de personas en el avión, solo en ese instante accede a descender del aparato.
Cierto es que después de grandilocuente maniobra la seguridad del hombre se ve reafirmada y debe creerse el rey del mundo, o quizás mis especulaciones son del todo erróneas y la cuota de humildad marca la pauta de ese día y el piloto no puede creer lo que hizo. En fin... niños y mujeres primero que el Titanic se hunde.


continuará...

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