Y no es que uno este buscando
ciertos estados. La verdad es que difícilmente habría sujetos que se instalen
desde una perspectiva un tanto oscura.
Hoy por estos días la vida ha
estado un poco agotadora. Y parece que ciertas energías se van acumulando.
La primera sensación es querer
mandar todo a la cresta…
La segunda es querer poder volver
otra vez todo a la cresta…
Recién en una tercera emoción
todo se calma. Para así dar paso a la razón y darse cuenta que no se debe
mandar todo a la cresta. Que todo el cansancio es relativo, y que desde el
interior siempre hay energías para poder dar lucha a estos sentimientos.
Pero el problema en ningún caso
es la duda de poder enfrentarlos. El problema es mucho mayor y es que pareciera
no querer enfrentarlos. Un alguien dentro mío me empuja hacia un ángulo en el
cual todo está en perspectiva… todo pierde valor y nada tiene sentido.
Existe el amor, un refugio para
el sinsentido del vivir. Existe el compromiso y protege al sujeto de estar en
la deriva. Sin embargo en estos minutos siquiera ese amor logra anclarme para
encontrar alguna corriente, alguna estrella o luz que me oriente en el mar de
la incertidumbre.
Roban los ricos, roban los
pobres, y la ya maldecida clase media solo quiere alcanzar la posibilidad de
acceder a lo nuestro de maneras inmorales, pero legalmente justificadas.
Ahora bien con seguridad sé que
todo no es negro, sin embargo no puedo quitar esos velos de mis ojos. Se hace
imposible encontrar luces, todo foco siquiera está en sepia.
Quiero gritar frente a tantas desigualdades,
sin embargo hay ciertos silencios que lo hacen imposible. Hay tantos sermones
aun por emitir, pero pareciera que los oídos se nublan tal cual pantanos en
verano…
No quiero seguir dando negativas.
No quiero seguir traicionando
ideales…
No quiero seguir soñando
estupideces de mentes ingenuas…
No quiero seguir replicando
formulas sin sentido…
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