Sobre dominios...
Siempre es difícil comenzar a escribir, una forma adecuada,
que he descubierto, es verborreando tonterías. Ahora ya he comenzado a escribir
y no he dicho absolutamente nada…
Siempre pasan muchas cosas, y siempre hay mucho por lo que
escribir. A medida que pasa el tiempo sin acercarme al vendito teclado los
temas se acumula y colapsan el conducto que intenta interpretan lo interno de
mi cabeza, para luego traducirle en un lenguaje escrito, y finalmente leíble…
A propósito de mis interiores. Wikipedia dice El cerebro
(del latín cerebrum) es un órgano del sistema nervioso rico en neuronas con
funciones especializadas, localizado en el encéfalo de los animales vertebrados
y la mayoría de los invertebrados. Somos animales (…de costumbre), por ende
tenemos cerebro y en este acuden multiplicidad de sensaciones, pensamientos y
reagrupaciones de éstas. Hasta hoy la ciencia nos permite, con un coste
bastante considerable, poder graficar dichos movimientos de engranaje mediante
los contactos eléctricos entre las dendritas
y los axones…
pero bueno la medicina nunca ha sido lo mío. Estos neurotransmisores a medida
que nos acontecen situaciones vitales tienen la obligación de reorientarse, en
servicio a nuestra vida estos buscaran nuevas formas de comunicarse, para
lograr así lenguaje que sea
representativo de lo que nos ocurre. Así habrá interpretación de la felicidad,
la duda, la tristeza, el miedo… etc. El cual a su vez emitirá una orden consiente
a nuestro cuerpo, la cual será manipulada según la medida de nuestras
capacidades, y otra orden inconsciente la cual, normalmente, no será manipulada
y se expresará en micro emociones (onda Lie To Mi…).
Así la pregunta que me planteo es ¿Qué sucede pro estos días
en mi cabeza?
El contexto; aun no he cerrado mi carrera universitaria. Pues
me auto-diagnosticó “Procrastinación”. Lo que me ha obligado a no terminar mi
tesis, por ende no enfrentar mi examen de grado, por ende no titularme, por
ende no enfrentar la vida como un ser autónomo y responsable al cien por cien
de sus actos.
Mi madre; soy hijo de familia moderna. Definida por un
matriarcado, pero con la subsistencia, regular, del padre. Quién se esfuerza en
asumir un rol periférico en todo lo cual represente responsabilidad. Boicoteándose
todas las acciones que le permitan enfrentarse a la posibilidad de encuentro
con responsabilidad. Sin ser ello
suficiente, una madre que interpretando inconscientemente esa secuencia de
hechos apoya el no enfrentamiento a la responsabilidad. Así para que mi padre
no sufriera el dolor de no lograrlo, a penas estuviese a punto de fallar ella
llegaría a sumir la responsabilidad del error. Toda esa forma de relacionarse
moldeo en mi un sujeto con miedos profundos, un sujeto con altas expectativas y
con capacidades elevadas, pero todas ellas desde lo teórico, capas de digerir y
mascar el conocimiento y conversarlo, pero con un miedo a esos momentos vitales
que nos definen la vida. Así todo lo postergo.
Cuando pequeño aprendí en base a las perdidas…
principalmente a la pérdida de oportunidades que pudieron haber sido muy enriquecedoras,
pero que el miedo m impidió tomar esas aventuras y era testigo del éxito de
otros. Algunos alcanzaban la gloria y eran premiados por sus pares, otros solo
lograban errores, aclamando las burlas, pero no eran capaces de valorar la
experiencia, de valorar el error. A mí me pareció que siempre todos ellos
alcanzaron un grado de éxito. Pero siempre eran ellos, así que alrededor de mis
doce años me prometí que cambiaría… que ya no sería el cobarde, que preferiría
SIEMPRE arrepentirme de haberlo hecho, por sobre arrepentirme de no haberlo
hecho. Por muchos años esa fue una premisa que me definió Aclaró que eso nunca
se transformó en ser el que cumplió el rol de osado, al cual todos los demás
desafiaban para divertirse con sus travesuras y “cagasos”, digamos que hubo
muchos compañeros que cumplieron ese papel.
Así, ya definido el contexto de mi desarrollo, y entregado
elementos de mi capacidad muscular (más bien de órgano) de mi cabeza puedo
emitir que calienta mi sesera…
Hoy por hoy, sin haber finalizado formalmente el estudio
superior, ya estoy laburando. Ya soy un no cesante, ya estoy dentro del gran
porcentaje de hombres y mujeres maduros que pueden empezar a temer por la pérdida
de su empleo. Espero postergar ese miedo… Hoy siento como se reacomodan las
estructuras cerebrales, y siento como mis apreciaciones sufren mutaciones serias.
Hoy, mediante un sueldo, e auto-exijo cierta madures, me exijo responsabilizarían
seria. Ello se traduce en una maduración de todo, ya no me siento como el niño
que debía siempre explicar a los demás. Ya siento como esos shocks eléctricos
están a mi antojo y no al de mis padres. Los pensamientos son parte de mí y no
parte del pasado que me define. Este sentimiento es, en alguna medida,
absolutamente falso lo sé. Después de todo, todo es falso y todo es ilusión
pues todo se pierde y nada queda, excepto lo trascendente y las buenas obras, y
estas cosas son las difíciles de alcanzar y las que no nos son propias…
Hoy me siento diferente pues respondo a lo que esperan de mí,
pero principalmente porque respondo a lo que espero de mí. Sin miedos que se antepongan,
los miedos persisten pero no son más los protagonistas de mi historia. Odio
esta sensación pues esta de base el materialismo y la consumación del rol que
tiene el profesional moderno. Pero por otro lado ese odio se transforma en
dulce savia que es digerible y que le gusta a mi cuerpo, pues estoy cumpliendo
a lo que esperan y espero de mí, y a la vez me estoy permitiendo la posibilidad
de aportar a ese sueño de mundo mejor. Todas esas acciones que nunca quise
enfrentar pues dude de mis capacidades, y rehuía de la posibilidad que viniese
una “esposa” a librarme de la posibilidad de enfrentar mis errores ya no está ahí.
Hoy estoy solo frente al mundo. Solo, pero con compañía. Pero agradeciendo esa
soledad del “ser” esa definición que “es”. Ahora solo me queda terminar la
tesis, reírme de mis miedos y tomar las riendas del asunto…
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